La Casa Rural Los Chorrones se adhiere a la marca de calidad de ADEL Sierra Norte Es noticia 10 marzo, 2023 Recostado sobre una colina, al final de una carretera ascendente que poco a poco va dejando entrever el pueblo, aparece Castejón de Henares. Su caserío está encajado en un alto, en medio de un estrecho valle. Castejón se ha dedicado tradicionalmente a la agricultura, la horticultura, la ganadería y al aprovechamiento de los recursos naturales. Hoy, sus campos se dedican al cultivo de cereal (trigo, cebada y centeno principalmente), legumbres y maíz. Las zonas regadas por la multitud de arroyos que recorren el pueblo y las vegas se dedican a huertas de todo tipo de hortalizas y de árboles frutales. De éstos últimos, el más característico es el nogal o noguera, de los que hay algunos de tamaño notable, además de cerezos, ciruelos silvestres y plantados, y los olivos de oliva verdeja, entre otros. Elevada sobre el resto de los tejados de las casas asoma la iglesia parroquial, del siglo XVI, con un maravilloso retablo barroco en cuyo centro está San Miguel, patrón del pueblo. Un poco más arriba, dando vistas al valle del Río Dulce, está la que pudo ser una antigua fortaleza musulmana tomada al asalto por el Cid Campeador. “Según cuentan nuestros mayores, la iglesia de Castejón se construyó con los restos de este castillo. Y, como les faltó piedra, en lugar de tener tres naves, tiene sólo dos. Debió ser un castillo pequeño. La leyenda que nos ha llegado dice que fue en Castejón donde el Cid Campeador hizo su primera acampada fuera del Reino de Castilla. Entró en estas tierras por Miedes de Atienza, y fue desde aquí donde partió su primo, Alvar Fáñez, hacia Guadalajara y Alcalá, al mando de 200 caballeros. El Cid tomó nuestro castillo, con otros cien soldados más”, relata Francisco López, nacido en Castejón y propietario de la Casa Rural Los Chorrones. Justo a la salida del pueblo, en dirección a Argecilla, en un paraje que los lugareños conocen precisamente como Los Chorrones, por ser un generoso nacedero de agua, que nunca cesa, se encuentra el establecimiento. Francisco es un emprendedor que se ha dedicado toda su vida al comercio. En 2008 diversificó su actividad con la apertura de este negocio. Abrió sus puertas el último fin de semana septiembre, “para celebrar San Miguel, patrono del pueblo. Y me ha dado suerte”. Lo hizo con una pequeña subvención de la Junta de Comunidades, pero fundamentalmente, con fondos propios. Hoy, a las puertas de su decimoquinto aniversario, la fe que le tiene a San Miguel, y sobre todo su trabajo, han hecho de Los Chorrones un negocio rentable. “Desde el primer año, la casa ha funcionado bien. En el puente de diciembre de 2008, recién abierto, tuve 19 peticiones prácticamente sin haber tenido tiempo de darme a conocer”, recuerda el emprendedor. Posteriormente, creo la web www.loschorrones.com y, con eso, su buen hacer y la publicidad que ha ido haciendo estos años en portales rurales punteros, ha generado una cartera de clientes que le permite mantener ocupada la casa prácticamente todos los fines de semana. “Los dos últimos años, postpandemia, han sido muy buenos, especialmente el 2021”, reconoce Francisco. Los Chorrones es una casa de construcción de madera, de pino, con dos dormitorios: uno con cama de matrimonio, más cuna si es necesaria, y otro con dos camas individuales. Ambos tienen en torno a 12 metros cuadrados. “Hay mucha gente que viene pensando que es una cabaña. Cuando la ven, se sorprenden de sus dimensiones. Tiene 80 metros cuadrados”, explica. Todas las paredes de la casa tienen aislante, que permiten conservar la temperatura interior. “La casa es cómoda, pero sobre todo, es tranquila. Se respira la paz de estas tierras”, sigue. Tiene, además, baño con ducha; cocina completa con fregadero, vitrocerámica, horno, frigorífico, microondas, cafetera italiana, sandwichera, batidora y lavadora; comedor con sofá-cama y, además, terraza, porche y jardín, en la amplia parcela de un antiguo huerto que regaba el agua de los chorrones. Desde febrero de 2022, Francisco ofrece una magnífica conexión a internet de manera gratuita a sus clientes. “Los huéspedes pueden, si quieren, teletrabajar desde la Casa Rural Los Chorrones. Aislados, tranquilos, sin estrés y en paz, con el único sonido del canto de la gran variedad de pájaros que hay en el pueblo, sentados en el interior de la casa, en el porche o la terraza, los visitantes pueden sólo disfrutar, o inspirarse trabajando, totalmente conectados”, señala Francisco. El castejonero es ahora uno de los 31 empresarios que ha adoptado la marca de identidad comarcal de ADEL. “Creo que es importante dar a conocer los negocios y las bondades de la comarca, al igual que también lo es que otros empresarios hagan lo mismo conmigo”, señala. Por eso, recomienda siempre lo mejor que tenemos en la Sierra Norte, “como las rutas de la Arquitectura Negra o del Románico Rural, o los lugares que esconde el Río Dulce aptos para el baño, en verano”, señala. Francisco tiene por costumbre enviarle por correo electrónico a todos sus clientes información sobre los restaurantes próximos donde comer e información turística de la comarca. “Y tampoco se me olvida nunca hablarles de la lavanda”, añade, haciendo provincia, puesto que en el alto de Castejón, camino de Argecilla, ya hay algunos de estos maravillosos campos morados. Y, siguiendo la corriente del cada vez más en boga turismo astronómico -los cielos de la Sierra Norte son Reserva StarLight- Francisco les habla de las noches estrelladas de Castejón de Henares, para lo que recomienda subir a La Alcarria y ver desde allí el impresionante espectáculo nocturno. Naturalmente, también, además de mostrar su pueblo amablemente a quien se lo pide, hace patria chica. “A quienes les gusta andar, les propongo que hagan la marcha hasta el Pico de la Cabeza, un lugar de panorámicas espectaculares, en el que, como en todo el pueblo y la comarca, hay grandes posibilidades de avistamiento de animales”. El propietario de Los Chorrones, además de identificar la marca en diferentes emplazamientos de la casa, también entrega, desde su adhesión, una bolsa reciclable a cada uno de sus clientes. “Es una manera estupenda de que recuerden la casa, y que la asocien con la Sierra Norte”, termina. 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